A menudo se dice que el cardenal, un pájaro de plumaje carmesí que se encuentra en el Texas natal de Kacey Musgraves y en Nueva York, donde la cantante de country grabó su último álbum, significa esperanza o sabiduría. Otros creen que los cardenales son mensajeros espirituales o presagios de cambio.
El simbolismo ha terminado Pozo más profundo, el sexto disco de Musgraves, que se abre con la espectacular “Cardinal”. Una de sus mejores canciones hasta la fecha, la canción está impregnada de folk de Laurel Canyon: rasgueos acústicos y una línea de guitarra eléctrica profunda y tintineante debajo de sus armonías místicas empapadas de reverberación. Su baterista canaliza a Mick Fleetwood con ritmos y rellenos relajados.
“Vi una señal, o un presagio, en las ramas/ Por la mañana”, canta Musgraves, brillante y melodiosa. “Fue justo después de que perdí a un amigo/ Sin previo aviso/ Palabras no dichas/ Rojo escarlata… Cardenal, ¿me estás trayendo un mensaje del otro lado?”
Pozo más profundo llega a raíz de un considerable tumulto para Musgraves, como ella alude en la canción inicial. Ha superado el regreso de Saturno, un tránsito astrológico que algunos (incluidos los compañeros artistas de Musgraves, SZA y Ariana Grande) creen que trae perturbaciones y caos a nuestras vidas y ahora, a mediados de los treinta, Musgraves está reflexionando sobre su divorcio de su ex. esposo, el músico Ruston Kelly, sobre quien gran parte de su álbum ganador del Grammy de 2019, Hora dorada, fue escrito. Ha habido más angustia desde entonces, al parecer tanto romántica como platónica.
Se despide en la canción principal con destellos de sintetizadores y un redoble de Nashville: “Tú sigue tu camino y yo el mío/ Ha sido un muy buen momento/ Pero tienes energía oscura, algo que no puedo dejar de ver/ Y Tengo que cuidarme a mí mismo”. En el lánguido “Too Good to Be True”, Musgraves admite sus temores de que su pareja se vaya: “Por favor, no hagas que me arrepienta/ Abriendo esa parte de mí otra vez”.
Ella está en un estado de ánimo más romántico en “Anime Eyes”, su amplia mirada fija en un “cielo de Miyazaki”, en referencia al gran director japonés de películas animadas como Hecho desaparecer y La princesa Mononoke – veteado con remolinos de color psicodélicos.
Musgraves produce junto a sus colaboradores de toda la vida, Ian Fitchuk y Daniel Tashian de Nashville, y puedes escuchar la confianza que le brindan durante una excelente interpolación del gancho de piano amortiguado de “Kody Blu 31” del rapero JID en “Lonely Millionaire”.
Como siempre, demuestra su entusiasmo por salir de los ámbitos del country “puro”, incursionando en el psico-pop, el folk, el rock y la música americana en el camino, pero encuentra una manera de mantenerlo cohesivo. Después de los resultados algo flojos de su disco de 2021 con tendencia pop y R&B, desventurado, Pozo más profundo Es una revelación, como si Musgraves tropezara con un oasis después de meses en el desierto. Conducido allí, tal vez, por un destello rojo.