La característica compacta de Klaudia Reynicke reinas trata momentos íntimos con un encanto discreto.
La película, que se estrenó en la competencia World Cinema Dramatic en Sundance, tiene lugar en Lima durante un tumultuoso verano de 1992 y narra un inestable reencuentro entre un padre y sus dos hijas. Es un estudio silencioso de la redención paterna, muy parecido a en los veranos, otra de las ofertas del festival de este año. Aquí, como en el debut de Alessandra Lacorazza, las complejidades de una relación aparentemente simple se revelan a lo largo de los tranquilos días de verano. Reynicke (Ámame tiernamente, Il Nido) da forma a un conmovedor estudio del carácter de una familia que intenta afianzarse en el contexto de un panorama político inestable.
reinas
La línea de fondo
Una característica compacta llena de momentos de encanto discreto.
Evento: Festival de Cine de Sundance (Competencia Mundial de Cine Dramático)
Elenco: Abril Gjurinovic, Luana Vega, Jimena Lindo, Gonzalo Molina, Susi Sánchez
Director: Klaudia Reynicke
Guionistas: Klaudia Reynicke, Diego Vega
1 hora 44 minutos
Un extracto de un noticiero televisivo de los años 90 funciona como prólogo y detalla un país en crisis. El Ministro de Economía de Perú anuncia que en las próximas 24 horas el precio de la leche pasará de 120.000 intis peruanos a 330.000 y el precio del azúcar, ahora de 150.000 intis, se duplicará. En medio de esta economía asfixiada, Carlos (Gonzalo Molina) conduce su taxi por la ciudad.
Cuando conocemos al pueril padre de Lucía (Abril Gjurinovic) y Aurora (Luana Vega), se encuentra en medio de una conversación sobre su inactiva carrera como actor con un pasajero medio interesado. El mecenas con la curiosidad menguante le pregunta a Carlos si trabaja en televisión o cine. Carlos dice que es actor de teatro y luego enumera algunos papeles cinematográficos. Que esta historia, junto con muchas otras, no tenga seguimiento no quedará claro hasta más adelante. reinas trata sobre cómo Carlos se reúne con sus hijas justo cuando los hermanos se preparan para salir de Lima con su madre, Elena (Jimena Lindo). Pero también se trata de las historias que un padre se cuenta a sí mismo y a sus hijos para construir una imagen diferente de sí mismo.
El Carlos que conocen Aurora y Lucía, dos chicas de modales apacibles, no es de fiar. Al inicio de reinas, Carlos llega tarde a la fiesta de cumpleaños número 18 de la mayor de Aurora. Irrumpe con la boca llena de mentiras: excusas por su tardanza que parecen disculpas por su ausencia general. Cuando la menor, Lucía, le pregunta sobre su paradero, Carlos, sin perder el ritmo, dice que ha estado en la selva peleando con cocodrilos. Las chicas sólo pueden lanzar miradas de incredulidad. Más tarde, en la fiesta, cuando Carlos deleita a los asistentes con una historia desgarradora sobre una muerte cercana y un coche bomba, el público estaba preparado para reaccionar de la misma manera.
A medida que Carlos pasa más tiempo con sus hijas, la ilusión de quién quiere ser es reemplazada por la realidad de quién es. Reynicke dibuja el retrato de un hombre que se esfuerza. Algunos de los momentos más fuertes y encantadores de reinas Se desarrollan en torno a dos viajes a la playa que Carlos organiza informalmente a instancias de Lucía y Aurora. En estos momentos asume el papel de cuidador que una vez abandonó. Las excursiones a la playa están llenas de esperanza y posibilidades. Adquieren una calidad de ensueño con música coral etérea que suena sobre escenas de Carlos enseñándole a Lucía cómo montar una ola o haciendo trueques con vendedores ambulantes para conseguirles almuerzo a las niñas o trajes de baño nuevos.
Interpretado por Molina, Carlos es una figura que apuesta por su encanto casual para enmascarar su naturaleza evasiva y su inclinación por la deshonestidad. Pero a medida que el personaje renueva su compromiso con sus hijas, podemos verlo tratando de luchar contra este reflejo y actuar de manera más auténtica. Molina deja entrever este cambio, lo que ayuda a enmascarar preguntas persistentes sobre el empleo de Carlos, su posición en el espectro político peruano y la historia entre él y Elena.
Fuera de la burbuja que Carlos y Elena han creado para sus hijas, Lima está agitada. La ciudad ya no se siente segura y Reynicke ofrece un retrato visceral de la realidad política a través de sencillas escenas de la vida cotidiana: conversaciones sobre los estrictos toques de queda, que generan miedo; la escasez de bienes básicos; y el desafío que enfrenta Elena al cambiar intis por dólares estadounidenses son algunos de los ejemplos.
Elena, interpretada con fuerza discreta por Lindo, no quiere criar a sus hijos en este entorno. Ella invita a Carlos a regresar a sus vidas en parte porque necesita que él firme los documentos de viaje de sus hijas. Mientras Carlos forja nuevos vínculos con Lucía y Aurora y sutilmente intenta sabotear el plan, vemos a Elena correr por Lima preparándose para su próximo viaje.
En reinas, Reynicke ofrece un retrato silenciosamente triste de un esfuerzo inesperado para hacer que una familia se sienta completa. Al darse cuenta de que tal vez nunca vuelva a ver a sus hijas, Carlos, revitalizado, vuelve a comprometerse con ellas con tiempo de calidad y muestras de afecto. Incluso la forma en que se refiere a ellas (su término preferido de cariño es “reinas”) cambia, sintiéndose más ponderado y sincero.
Reynicke también dedica tiempo en pantalla a representar la relación de Lucía y Aurora. Lucía se mantiene firme en ir a donde quiera que vaya su madre, pero Aurora tiene sus propias prioridades en Lima. Las escenas de las hermanas negociando su inminente partida están llenas de una devastación afinada. Al final de reinasempezamos a ver que no es sólo Carlos quien necesita creer en una realidad diferente.