La esposa de Rob Burrow, Lindsey Burrow, admitió francamente la realidad de cuidar a su marido durante 17 años.
La leyenda de la liga de rugby, de 41 años, padece una enfermedad de la neurona motora, una rara afección que afecta el cerebro y los nervios y provoca debilidad que empeora con el tiempo.
“Muchas personas se sienten como si estuvieran en una burbuja asfixiante al tener que cuidar a alguien a quien aman”, le dijo Lindsey a Lorraine Kelly.
“(Algunos cuidadores sienten como si) les hubieran quitado su identidad. Se sienten aislados”, añadió.